La versión de la leyenda más popular en Cataluña explica que en
Montblanc (Conca de Barberà) vivía un dragón terrible que causaba
estragos entre la población y el ganado. Para apaciguarlo, se
sacrificaba al monstruo una persona escogida por sorteo. Un día la
suerte señaló a la hija del rey, que habría muerto de no ser por la
aparición de un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y
lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal
de flores rojas.
En este caso, el caballero ha cambiado la tradición de las rosas rojas por las blancas. Las favoritas de la dama...