martes, 31 de agosto de 2010

Feliz día del Blog



Para celebrar el BlogDay os "presento" cinco de mis blogs preferidos. Disfrutadlos tanto como yo.

No voy a descubrir yo a Ismael Serrano. Un blog tan recomendable como su música. http://iserrano.blogspot.com/

El triunfo de la vocación. Cuando el periodismo se convierte en vida.
http://mar-endins.blogspot.com/

Cuando la magia y la literatura se unen, las ovejas comen estrellas.
http://ovejacomestrellas.blogspot.com/

Las palabras que mejor describen este blog son las de su autora. Pasen y vean.
http://mermeladadem0ras.blogspot.com/

Si te gusta la política este blog no te dejará indiferente.
http://republicapostmarxista.blogspot.com/


http://www.blogday.org/

domingo, 15 de agosto de 2010




"Verás, en mi profesión ser decente suele conducir a que te quedes sin empleo. No sabes cómo está el periodismo en este país."



Dime quién soy. Julia Navarro.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Rarezas al decorar mi trinchera

En lucha contra el cuento de los finales felices y de las princesas que comen perdices. Debe ser porqué yo siempre he sido más de comer queso. Me enfrento en el campo de batalla a príncipes azules (irónicamente, azules) porqué, como ya se sabe, destiñen. Debe ser porqué a mí nunca se me ha dado bien lavar a mano (izquierda).
Acomodo mi pequeña trinchera, al fin y al cabo, mi ejército soy yo misma –que no es poco-. En mi territorio no hay clavadas banderas blancas, en él sólo se clavan olores. Mis olores y mis manías. Mi pequeña guarida con paredes marrones y platos verdes. Sí, ya avisé de mis manías.

Me gusta la soledad de mi refugio y mi cepillo de dientes que aguarda sin compañía. Adoro caminar descalza y que el primer “buenos días” lo susurre la cafetera. Guardo en la trinchera un arsenal de tazas y relojes. Las tazas son para beber(me), sorbo a sorbo, los minutos de retraso que me marca tu reloj. Me río yo de la guerra de los cien años.
En mi cruzada particular los domingos, que siempre comienzan a las doce del mediodía, no conviven con paellas y los (malditos) lunes se despiden en la azotea. No te voy a engañar, desde mi terraza no llego a ver el mar, solo un inmenso enjambre de viejos tejados con ropa blanca al vuelo y palomas despistadas. Amada terraza de postal en días de lluvia y de cine en noches despejadas. Pero si algo me gusta de mi balcón es que acoge a mis aliados y sus cervezas, las mismas que yo soy incapaz de oler. ¿Te he comentado algo de mis manías?
Parece ser que no combato yo sola. Convivo con virtudes y (muchos) defectos. Habito un espacio en el que sólo hay hueco para aqu(él) que lo reúne todo pero que no (me) ofrece nada. Y puestos a ser egoístas, yo he de reconocer que a la hora de dormir, en mi barraca no comparto mis dos lados de la cama.