miércoles, 23 de febrero de 2011

Caminando en círculos

Como los palos que inmovilizan las ruedas de un carro y te impiden avanzar. Ese es el sentimiento continuo, la batalla de siempre. Inocente creo que el tiempo pondrá las cosas en su lugar. Resolviendo cada duda, quitando las piedras del camino. Mentira. Ese sentimiento paraliza, estanca, veta cualquier resquicio de valentía. Sin señales, sin certezas no se puede caminar.

Envidio a quién me grita que luche, que me atreva, que me tire a la piscina. Les envidio profundamente, sé que el mundo no está hecho para cobardes. Pero ¿Qué puedo hacer? No se me dan bien los juegos de azar y el vértigo me impide moverme cómoda por el alambre si sé que no hay red bajo mis pies…

Aún así, sigo odiando caminar en círculos, que se repitan las mismas historias. Aunque varíen los personajes protagonistas, la trama la marca el temor, la vergüenza, la timidez, la cobardía… y, lamentablemente, siempre se sucede un idéntico final. Triste final.

El día que me ayudes a cambiar los diálogos, prometo atreverme a dar un giro al guión.

jueves, 17 de febrero de 2011

Un partido, una final.

Dicen que es un camino de largo recorrido. Que no hay nada perdido hasta que el árbitro pita el final del partido. Que sólo se pierde la lucha que se abandona. Hoy siento que me han remontado un partido que creía bien encarrilado. Mi defensa ha fallado y ahora estoy obligada a hacer cambios para ganar un partido en el que juego en inferioridad de condiciones. No me voy a rendir, quizás mis delanteros no opten nunca al Balón de Oro, pero luchan por cada pelota y se entregan en cada balón dividido. Mis jugadores, mis armas, no comenten faltas a deshora, ni saben entrar a la altura de la rodilla, no dejaré que mi juego caiga en eso… pero el rival es duro, cuentan con el Pichichi y con la posesión del balón… El árbitro, hasta el momento, no ha condicionado el juego pero tengo la sensación de que se me escapan los tres puntos que me van a hacer perder el campeonato…

… Últimos minutos del partido, penalti a favor… No sé si quiero mirar. Sólo espero que no se vaya alto, como de costumbre…