miércoles, 28 de julio de 2010

Cosas en las que nunca he creído

Nunca he creído en los horarios de trenes ni en los pisos céntricos, con vistas y soleados. Nunca he creído en las canciones de amor con violines y pianos. Nunca he creído en los horóscopos que no pronostican lo que quiero que me pase. Tampoco creo en las palabras dichas a gritos y, mucho menos, en los verbos condicionales. No creo en los balances ni en los zumos “sin azúcares añadidos”. No creo en aquello de que la letra con sangre entra y la patraña del “querer es poder”. No creo en las mañanas de domingo ni en las listas de éxitos. Nunca he creído en el amor eterno y menos aún en la solidaridad publicitada. Nunca creí en los “Un día de estos te llamo y tomamos ese café”. Nunca creí en los lazos de sangre y en la frase: “es por tu bien”. Nunca creo en los Best- sellers ni en los éxitos de taquilla. Nunca he creído en los hoteles con “todo incluido” ni en la frase: “Justo en este momento estaba pensando en ti”. Muchos pensarán que soy incrédula o desconfiada pero yo creo que no.

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